Una casa para vivirla todo el año

Ubicada en Folgoso, esta casa fue pensada como una segunda residencia con vistas a convertirse en un refugio habitual. La distribución de espacios, todos en una única planta, la hace cómoda, accesible y práctica.

Integrada en la naturaleza

El terreno, ubicado en una zona de frondosa vegetación y con pendiente suave, pedía una construcción discreta, bien orientada y respetuosa con el entorno. Esta vivienda se alza sin imponerse, gracias al uso de materiales naturales y tonos que se funden con el paisaje.

Espacios equilibrados

La distribución interior se resuelve de forma muy funcional: salón-comedor, cocina, cuatro habitaciones y dos baños que permiten una convivencia cómoda sin perder privacidad. El porche cubierto extiende el salón hacia el exterior y se convierte en el lugar perfecto para desayunos al aire libre o veladas tranquilas al atardecer.

Conclusión

La casa de Folgoso es un ejemplo perfecto de cómo una arquitectura bien pensada puede integrarse en el entorno y al mismo tiempo ofrecer confort, durabilidad y estilo. Una vivienda con carácter propio, construida para disfrutarse todo el año.